En la práctica 4 trataremos de
exponer nuestra experiencia en el desarrollo de la práctica 3, es decir, en la
entrega y cumplimentación de los cuestionarios sobre uso de TIC.
La administración de los
cuestionarios se llevó a cabo el día 29 de abril de 2013 en la cafetería de la
facultad de psicología de la UCM. Decidimos que podría ser un buen lugar para
que fueran realizados puesto que se trata de un espacio físico en el que poder
establecer una interacción relativamente informal, aunque siempre sin abandonar
el ámbito profesional que requiere la solicitud para cumplimentar unos cuestionarios
en una investigación cuantitativa. Asimismo consideramos que dicho espacio
presentaba ventajas con respecto a la empatía que podrían mostrar los sujetos,
puesto que, esencialmente, estudian una carrera que es muy propicia e incentiva
dicha actitud
Debemos manifestar que el
desarrollo del trabajo de campo fue realizado, además de por mí mismo, por mi
compañera Patricia Morrugares. Consideramos en una reflexión previa que sería
interesante ir en pareja para resaltar nuestra condición de investigadores.
También creímos que una segunda opinión sería de gran ayuda por si algún detalle
no era observado por uno, que si fuera captado por el otro.
Partíamos de la idea previa de
que nos costaría bastante obtener respuestas satisfactorias a la
cumplimentación, aunque como veremos más adelante esta idea se desmintió por
completo.
Acudimos a la cafetería a las
doce de la mañana, horario ciertamente propicio para que hubiera un número
considerable de sujetos que acabaran de salir de clase, o se dispusieran a
entrar. La elección de la hora se tuvo en cuenta porque éramos conscientes de que
si acudíamos a partir de la una del mediodía corríamos el riesgo de que la
mayoría de los sujetos se encontraran comiendo, y si se realizaba demasiado
pronto, quizá no existiera una muestra demasiado numerosa.
En lo que respecta al “abordaje”
de los sujetos, resaltar que nos introdujimos comentando que “estábamos
realizando una investigación para clase, si por favor nos podían rellenar un
cuestionario”. Es destacable el hecho de que omitimos intencionadamente
explicitar que no éramos alumnos de esa facultad. Decidimos tomar esa decisión
por el posible rechazo que puede aparecer cuando se manifiesta la condición de
“sociólogo”, y especialmente por la saturación que existe en la realización de
encuestas. Además existe una “rivalidad” entre sociólogos-psicólogos que
consideramos no propiciaba la colaboración en el trabajo de campo.
Asimismo, les explicamos a los
sujetos que el cuestionario era “totalmente anónimo”, que existía la
posibilidad de que nos ofrecieran su e-mail “por si estaban interesados en
recibir los resultados de la investigación”, y que si tenían “alguna pregunta
no dudaran en consultarnos”. También les presentamos de forma muy general la
temática, la cual versaba sobre “el uso de tecnologías”. Comentamos que el
tiempo de duración sería de aproximadamente diez minutos. Les entregamos un
bolígrafo y esperamos a una distancia prudente a que los rellenaran.
Comenzamos abordando a personas
que estuvieran solas, aunque en seguida decidimos pasar a grupos más grandes
por la buena aceptación que estábamos encontrando. El resultado final fue que
de las diez personas que intentamos rellenaran el cuestionario, dos no
quisieron (mejor dicho no pudieron puesto que no eran estudiantes de la UCM), y
ocho aceptaron sin ninguna pega. En la cumplimentación de los cuestionarios
ninguno de los sujetos nos hizo ninguna pregunta sobre aquellos.
Durante la cumplimentación
pudimos observar como al estar en grupos o parejas los sujetos comentaban entre
ellos o se entretenían con el móvil. No deja de resultar paradójico que en un
cuestionario sobre TIC, y por tanto smartphones,
los sujetos estén muy pendientes de su teléfono móvil. Es destacable que varios
de los sujetos hicieran gestos bastante explícitos de aburrimiento/cansancio en
las últimas páginas del cuestionario. Es de subrayar que uno de los sujetos en
la pregunta número cuarenta y tres había marcado las opciones pero no las había
jerarquizado. Por suerte repasamos el cuestionario cuando nos los entregó y le
indicamos amablemente que terminara dicha pregunta valorando del 1-6.
En lo que respecta al tiempo de
duración, calculamos una media de veintiún minutos. Si bien es cierto que la
mayoría de los sujetos lo terminaron en menos de diecisiete minutos, una mujer
tardó bastante más que los demás (aproximadamente 27 minutos), aumentando así
el tiempo medio general.
La valoración global del
trabajo de campo es positiva. La idea previa de que nos iba a resultar
relativamente difícil la cumplimentación de los cuestionarios se desmontó por
la gran predisposición que mostraron los sujetos. Achacamos esta propensión a
que como pudimos observar más adelante la mayoría de las personas que
rellenaron los cuestionarios eran bastante jóvenes y se encontraban en el
primer o segundo curso del grado de psicología, por lo
que la saturación de encuestas y técnicas similares no es todavía muy pronunciada. Además, es muy probable que el
entorno informal que aporta una cafetería ayudara a la cumplimentación.
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